La música y la danza en tiempos de la Constitución de Cádiz

José Teixidor i Barceló (1752 - 1815?)

Compositor, organista y teórico. Nació en Serós (Lérida) hacia 1752, según se deduce de la documentación que presentó en su solicitud al magisterio de la catedral de Santiago, en la que figura que tenía 32 años, pero no se conserva ningún registro de su localidad natal. Era pariente de Domingo Teixidor, maestro de la catedral de Lérida, y tuvo formación musical con maestros españoles, entre los que cabe destacar a Antonio Soler, e italianos como Francesco Corselli. Se trasladó a Madrid y trabajó como capellán y organista de las Descalzas Reales desde 1774 hasta 1778, fecha en que ingresó en la Real Capilla como vicemaestro y vicerrector del colegio de niños cantorcicos. Sus aspiraciones a ocupar el cargo de maestro de capilla en esa institución, nunca se cumplieron. Optó por opositar al magisterio de la catedral de Córdoba y de Santiago, igualmente sin éxito. Por ello, pasó los siguientes años en la Real Capilla como cuarto, tercer y segundo organista hasta 1810, cuando la invasión francesa y la Guerra de la Independencia provocaron el cierre de la institución. Habiéndose negado a trabajar en la corte para los franceses, su rastro se pierde hasta su fallecimiento, que debió ocurrir en Madrid hacia 1814 ó 1815.

Su producción musical es reducida, si bien es cierto que sus funciones dentro de la Real Capilla no incluían componer. Se conservan tanto manuscrtos como ediciones impresas de obras profanas y religiosas. Destaca sin embargo como teórico e historiador de la música. Con finalidad puramente pedagógica, podemos citar su Tratado fundamental de la música (1804) y un Catecismo musical (1804) conservados en la Biblioteca del Seminario de Barcelona. También en Barcelona se conservan las Prácticas de la teórica de la composición de música, con ejercicios prácticos de armonía, encuadernadas junto a una Sonata en Re Mayor para clave o forte piano, un Cuarteto para dos violines, viola y violoncello, un Himno, 6 motetes y "algunas canciones árabes y tocatas", y 13 Glosas con intenciones sobre el Himno del Sacris Solemnis, cuyo manuscrito se conserva en la Biblioteca del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.

Su mayor aportación se encuentra sin embargo, en el ámbito historiográfico, siendo el primer músico en plantearse la necesidad de elaborar una historia de la música que incluyera la aportación española en su justa medida. Fruto de esta preocupación es el Discurso Universal de la música, publicado por la Imprenta de Villapando en Madrid en 1804, primero de los tres volúmenes en que organizó su obra, y único que fue impreso, quizá debido a su posición respecto al gobierno intruso tras 1810. Los otros dos -Historia de la música española-, circularon y sirvieron de fundamento a los historiadores posteriores. Su obra es el reflejo de un hombre ilustrado y conocedor del pensamiento teórico de su tiempo. Su interés por destacar los valores de la música española lo convierten en un precursor de la historiografía nacionalista. Pese a la falta de rigor científico que le han atribuido los investigadores posteriores, no hay duda de que Teixidor estableció el inicio de la historiografía musical española.